Hace unos días, gracias a la clase de Lingüística, la idea del sexismo en el idioma español empezó a rondar por mi cabeza. No era la primera vez que me preguntaba por qué existe una relación en nuestra mente con las palabras y el género, pero sí era la primera vez que me propuse buscarle una respuesta a tal cuestionamiento.
Después de realizar una búsqueda en internet sobre el tema y leer varios artículos de lingüistas y personas especializadas en el idioma español, noté que varios ensayos, artículos y trabajos sí reconocen un cierto tipo de sexismo... no en el lenguaje en sí, sino en su uso (Grijelmo, 2018). Y bien, ¿cómo es eso posible? Varios grupos feministas y organizaciones diversas han planteado muy buenos ejemplos con respecto a este tema: existen ciertas palabras que en masculino tienen un significado y en femenino tienen cierto carácter peyorativo, tal es el caso de golfo/golfa, zorro/zorra, aventurero/aventurera y muchos más; tendemos a utilizar únicamente el plural masculino al referirnos a un grupo de personas (todos en vez de todos y todas), entre muchos ejemplos más. Como solución al dilema, durante los últimos años se ha hablado de un "idioma inclusivo", este siendo impulsado más que todo por grupos que buscan una igualdad de género, incluyendo a la comunidad LGBT y grupos feministas. Este lenguaje inclusivo cambia las terminaciones de verbos, adjetivos y sustantivos por letras y símbolos tales como -x y -@. Varias personas se encuentran a favor de tal movimiento, pero otras creen que se está destrozando el lenguaje. Entonces, ¿qué se puede hacer para erradicar el sexismo en la lengua española?
"La lengua no es la realidad, sino una representación de la realidad. [...] la realidad conocida influye en el lenguaje y lo modifica". (Grijelmo, 2018)
Es común que al escuchar "padres" pensemos en un padre y una madre, que al decir "niños" nos refiramos a niños y niñas en realidad, esto es porque estamos acostumbrados a relacionar esas palabras con las imágenes de mujeres y hombres. ¿Qué pasa cuando escuchamos "policías" o "modelos"? La sociedad ha relacionado ciertos sustantivos con hombres o mujeres, pero estas relaciones algunas veces no incluye a ambos sexos. Esto podría explicarse históricamente: tiempo atrás, las mujeres no eran permitidas en ciertas prácticas y profesiones, lo que relaciona únicamente a los hombres con esas palabras. En la actualidad, al escuchar palabras como "ministros" o "democráticos", podemos imaginar a ambos sexos en esas posiciones, pues es algo reconocido por la sociedad. Entonces, ¿realmente es sexista el español?
Manuel Casado, miembro de la RAE, nos explica que son los discursos los que en ocasiones son machistas, no nuestra lengua (2018). El plural masculino en la lengua española es inclusivo, no excluyente, a diferencia de lo que las personas puedan creer. Es la sociedad y el uso esta le da a la palabra lo que es machista y sexista.
“Se puede ser feminista sin destrozar el lenguaje. Pero difícilmente se puede evitar un uso sexista de la lengua sin ser feminista”. (Catalá y García, 2013)
Entonces, ¿existe el sexismo en el español? Sí, está presente, no en el idioma como tal, sino en el uso que le dan las personas en un discurso. Los debates sobre el tema seguirán existiendo, pero no debemos destrozar la lengua, sino reconocer que nuestro lenguaje es inclusivo y evitar usarlo de la manera incorrecta.
Tal vez existen muchos problemas que nosotros mismos creamos, quizá la solución a esos dilemas se encuentre en conocer la verdad y hacer buen uso de todo lo que nos pertenece.
Fuentes:
Catalá, A. V. y García Pascual, E. (2013). ¿Se puede ser feminista sin destrozar el lenguaje? Igualdad y sexismo en la comunicación. Universidad de Valencia.
García Meseguer, A. (1994). ¿Es sexista la lengua española? Paidós. / (2002). Género y comunicación. Un análisis lingüístico. Conferencia en el Congreso Nacional sobre la Mujer y los Medios de Comunicación.
Grijelmo, A. (2018). no es sexista la lengua, sino su uso. El País. Obtenido de https://elpais.com/cultura/2018/02/23/actualidad/1519389008_808351.html
Como escribiste, comparto que el idioma no es racista, sino que es el uso que se le da el que lo vuelve racista, y de igual forma pienso que podríamos hacer que el uso del femenino al referirnos a ciertos colectivos se podría utilizar de forma inclusiva en vez de exclusiva para que los procesos de inclusión de género se vean reflejado en nuestra forma de hablar. - Nicole Soto.
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